En medio de la agitación política y la incertidumbre en Senegal, captamos el enfado palpable de una madre senegalesa en la manifestación del pasado sábado 24 de febrero.
“ Por dios, que deje todo como está y deje gobernar a los que tienen que gobernar” refiriéndose al actual presidente senegalés, Macky Sall. Sus palabras son un eco de la creciente frustración y la falta de confianza en el liderazgo político de Senegal.
Pero más allá de la política, el testimonio de esta madre arroja luz sobre la realidad desoladora que enfrentan los jóvenes senegaleses. La falta de empleo y oportunidades económicas ha dejado a una generación entera atrapada en un ciclo de desesperanza y desilusión. «Terminan de estudiar y no tienen trabajo. Salen a manifestarse y los detienen”, continúa la mujer.
La falta de oportunidades y expectativas laborales de futuro han llevado a muchos jóvenes a buscar oportunidades fuera del país.
Los datos de inmigración respaldan esta tendencia, en los últimos meses de mandato,el número de senegaleses que buscan una vida mejor en el extranjero ha aumentado significativamente. Este éxodo masivo es un testimonio triste de la desesperanza que permea la sociedad senegalesa.
Mientras tanto, el futuro de Senegal permanece en un limbo político. La demanda popular de elecciones libres y justas sigue siendo una prioridad. La historia de esta madre senegalesa (y la de muchas) y la situación de los jóvenes en Senegal son un recordatorio doloroso de la urgencia de un cambio. Mientras el país lucha por encontrar su camino hacia un futuro mejor.
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